domingo, 6 de diciembre de 2009

capitulo 2


Me acerque a ella como ya había echo anteriormente años atrás. La mire fijamente a los ojos enrojecidos.-Siéntate- me dijo, la obedecí y me senté quedándome paralela a ella. Mi tía siempre había sido una mujer muy alegre. Era soltera cosa que yo nunca entendí ya que era una gran persona y aparte de eso muy guapa. En todos esos años había sido mi prototipo de madre ya que era ella la que ejercía ese papel en mi casa. Fue ella la que me ayudo cuando fui a mi primera fiesta y todas esas cosas que una niña necesita que su madre le aconseje.



Nuevamente nunca la había visto tan triste, ni siquiera cuando mi madre y mi padre se separaron. Ella no perdió la sonrisa ni por un momento, fue mi mayor apoyo.



No podía entender sin palabras que era tan fuerte como para que ella pudiera estar así. O quizás si, si podía entender pero no quería. Por fin abrió la boca lentamente asta que por fin dijo algo.


-Cariño tu padre a tenido un accidente mientras estaba en la obra…


Se me detuvo el corazón.


-Pero… ¿esta bien?-le pregunte agitada levantándome de mi silla.


Hubo un silencio que contesto mi pregunta con creces. No, no lo estaba sino no estaría así como estaba. Note como mis ojos dejaban de ver claro y como la primera lagrima empezó a caer por mi mejilla. ¿Por qué a mi? Pensé. Note un gran dolor en el pecho, tan grande que parecía que me acababan de disparar. Y no era para menos mi tía siguió quieta donde estaba, sin decir nada. Salí de la cocina y me dirigí a mi cuarto.



Es muy difícil describir la sensación que sentí, de soledad, de vacío… no se puede explicar con simples palabras. Me pase el resto de la semana en mi habitación. Solo Salí para su entierro al cual acudió mi madre que me intento recomponer lo que quedaba de mi pero yo ya estaba rota. Cuando ya paso una semana, los de mí alrededor pensaron que ya era hora de hablar de mi futuro. Con quien me iba a quedar y esas cosas. Yo claramente me quería quedar con mi tía, no quería ir con mi madre ni estaba segura de que ella quisiera que yo fuera con ella.



Los trámites finalizaron muy rápido. Mi tía lucho por que yo me quedara con ella, pero el juez decidió que dada la situación de que aun tenia madre –y para mi sorpresa- quería quedarse conmigo, le dieron la custodia a mi madre. Ya nada podía ir peor. Ahora aparte que haberme arrebatado la poca familia que tenia ahora también me tenían que arrebatar lo poco que me quedaba. Mi tía, mis amigas, mi colegio, mi ciudad, mi país… ¿que seria de mi en un país desconocido, con un idioma desconocido y una familia que lo era aun mas?



Puse toda la resistencia que pude en el asunto, puse sobre la mesa todas las cartas que tenia. Pero perdí, delante de la ley no tenia nada que hacer.



Mi madre me mando los billetes de avión en primera clase. Nunca había montado en avión en toa mi vida cosa que me puso aun más nerviosa de lo que estaba. Una azafata me ayudo a encontrar mi sitio y como anteriormente le había pedido mi tía me pregunto si necesitaba algo y que si me sentía mal o lo que fuese le llamara cuanto antes. Me todo un asiento alado de una abuela y lo que parecía su nieto. La anciana tenia el pelo blanco y rizado y bestia un ran vestido de color rojo pasión que aun destacaba mas con las joyas que llevaba puestas. Aun por su elegante apariencia parecía estar también muy nerviosa aunque lo intentara disimular agarraba la mano de su joven nieto, este a su vez tenia el pelo castaño, bastante largo. Ojos marrones y nariz chata, no parecía mucho mayor que yo tendría quizás un año mas o quizás asta mi edad, 16 años. El hablaba con ella en alemán, lo poco que entendí la intentaba tranquilizar diciendo cosas como- ya as pasado esto antes o será muy poco tiempo enseguida llegaremos-. Nuevamente me habría gustado tener a alguien alado para que me tranquilizara de esa manera. Eran demasiadas cosas nuevas sin tener en cuenta todo lo que había pasado en tan poco tiempo. El avión despego y no pude ni un segundo en cerrar los ojos asta que por fin pareció que se mantenía al vuelo sin ninguna clase de movimiento turbio. Cuando abrí los ojos vi como el joven de alado me miraba sonriendo.


-¿Es la primera vez?- me pregunto en alemán.


Dude un par de minutos asta que por fin encontré las palabras que quería utilizar.


-Si, la primera y estoy muy nerviosa.


-entonces estas como mi abuela-Rió con una amplia sonrisa complaciente.-Aunque para ella no es la primera vez.


-Dicen que hay gente que nunca se acostumbran al vuelo…


-cierto. Y bien ¿que te trae a viajar por primera vez sola en avión?


Me detuve un momento, trague saliva.


-Asuntos familiares… voy a ir a vivir con mi madre.


-¿y asta ahora vivías en España?


-si


-¿y como es que sabes alemán?


-estudiaba en mis ratos libres me parecía un idioma interesante…


-te parecía –sonrío- ¿y ahora no te parece?


No le conteste. Había perdido mucho interés en el desde que me entere que tenia que ir a vivir a Alemania, mejor dicho perdí interés desde que mi padre se caso con un alemán y me sustituyo por su familia.


-Perdón tengo que ir al baño.


Necesite unos minutos de soledad completa. Sentía que el tiempo se iba acabando y que cada vez quedaba menos tiempo para aterrizar y… encontrarme con mi destino.



El resto del viaje lo pase ablando con Marlon, que es como se llamaba el chico. Era agradable tener con quien hablar, de la misma forma hacia mucho que no me había sincerado tanto con un desconocido que de una manera o de otra se había acercado a mi mas de lo que abiar echo mas de un “conocido”. Le conté todo lo que me había pasado y el dentro de lo que cabía me había intentado ayudar.



Por un momento todo parecía ir mejor, asta me había olvidado de a donde iba, asta que avisaron que el avión iba a aterrizar…

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