domingo, 17 de enero de 2010

capitulo 5


Cuando Sarah dejo la habitación me dirigí al gran vestuario. Tenía pocas cosas y la verdad no sabía si serian de todo adecuadas para lo que aria aquel día. Decidí ponerme algo sencillo unos pantalones vaqueros pitillos y un niqui al que tenía mucho aprecio ya que me lo habían regalado mis amigas en mis cumpleaños. Me conecte un segundo al MSN para ver si tenía algún mensaje. No tenia asique nada mas apagar el ordenador baje las escaleras hasta llegar al comedor. No había aun nadie supuse que me había adelantado. Decidí ir a la cocina por si estaba Sarah. Cuando llegue me quede quieta junto a la puerta y con los ojos como platos de la sorpresa que me lleve.


Justo delante de mí estaba un chico rubio, alto tan alto como jimi. Se encontraba con el pelo despeinado bebiendo leche desde el cartón en calzoncillos y sin niqui. Ni se giro para mirar quien había entrado siguió bebiendo como si nada. Cuando parecía que había terminado aun con el cartón en la mano y los labios mojados de leche me miro con mala cara subió una ceja con una facilidad impresionante y se seco la boca con la mano.


-¿Y tu quien eres?


Suspire. ¿No se enteraba de nada o qué?


-Andrea.-Dije y Salí de la cocina.


Al salir de la cocina, en el comedor vi que ya había gente. Jimi se estaba sentando a la vez que mi madre Uwe estaba llegando. Otra vez me detuve.


-Buenos días Andrea.-Dijo jimi metiéndose un cacho de pan en la boca.


Parecía increíble que en tan poco tiempo abrían aparecido todos y que incluso había cosas en la mesa. Quizás ya estaban antes de entrar en la cocina.


-Buenos días.-Dije yo levantando la mano aun algo aturdida.


Fue entonces cuando detrás de mí apareció el chico rubio de antes. Todos pasaron de mirarme a mirarlo a él. Pusieron los ojos como platos igual que había puesto yo aunque estaba segura de que ellos ya estarían acostumbrados.


-Wilson! Pero que haces! Que maneras son estas de andar por casa! ¿No basto lo que te dije a la madrugada? Corre a tu cuarto y vístete. Luego baja a desayudar.


-Increíble.-Dijo Jimi mientras se reía y comía.


Wilson paso alado mío mirándome de arriba abajo. La verdad es que me dio algo de miedo. Tenía la mirada encubada como enfadada o de simple indiferencia.


-siéntate.-Me dijo jimi.


Le hice caso y me senté, sin esperar al que faltaba cuando llego la pequeña todos empezamos a comer.


-Espero que no te quedes con la primera impresión de mi hijo.-Dijo Uwe preocupado.


-Es buen chico.-Dijo mi madre- te caerá muy bien aunque es algo rebelde.


-No les agás caso.-Dijo una voz detrás de mi- exageran.


Era el, se sentó justo delante de mi esta vez con ropa. Me miro fijamente otra vez como si me estuviera analizando asta que alguien interrumpió el silencio.


-Ayer llegaste tarde-Dijo Jimi- no sabes el ambientazo que dejaste por toda la casa.


-Supongo.


El resto del desayuno fue silencioso nadie decía nada y para las 10 todos empezaron a irse. Uwe tenía que irse a su despacho. Los chicos también desaparecieron supuse que Wilson había regresado a la cama y jimi se abría ido a ensayar para su banda. Mi madre me dijo como quería llevarme de compras ya que por lo que había visto no había llevado mucho equipaje. Cheyene nos ayudo y fuimos a un centro comercial. Entramos a una tienda donde vendían solo ropa de seda, a una joyería (cosa que insistió mi madre a mi me daba un poco igual ella fue la que insistió), a una zapatería donde me compro un montón de tacones ya que decía que una muchacha tan fina como yo tenía de tener zapatos bonitos ya que decía mucho de la persona. Al fin y al cabo la mayoría de ropa la enlejió mi padre aunque también me dejo elegir a mí. Compramos un vestido para aquella misma noche.


Me lo pase bien con las dos. Nunca me lo había pasado así con mi madre ahora estaba feliz, suelta y en su salsa. Sin contar con toda la ropa que me compro que la pusimos para que nos la enviaran a casa. Comimos fuera en un restaurante bastante sencillo pero con encanto, comimos algo y nos marchamos. Pasamos la tarde dando vueltas por la ciudad. Fue una gran tarde.


Para las 8 llegamos a casa. Uwe terminaba ya con su trabajo y Jimi se encontraba tirado en el salón delante de la gran pantalla de televisión.


-¿Ya llegas? Pensaba que no ibais a llegar nunca! La fiesta es a las 9 y teniendo en cuenta lo mucho que tardáis las mujeres mejor que empieces ya.-dijo mientras se levantaba apagaba la tele y empezaba a subir las escaleras.-Cuando termines pásate por mi habitación ahí estaré. Ah! Por cierto Sarah estará dispuesta a ayudarte ya le he dicho que igual necesitas ayuda.


-Gracias.-Le dije mientras miraba como subía las escaleras.


Mi madre ya se había ido a donde Uwe y yo me dirigí a mi habitación con ya algo de nervios. Cundo llegue vi a Sarah poner todo lo que había comprado en el ropero.


-¿Ya sabe lo que se va a poner?-pregunto Sarah mientras plegaba unos niquis.


-Si el vestido negro.


-bien ya tiene el baño listo si necesita algo estaré aquí preparando sus cosas.


-Vale gracias.


Cuando entre al baño estaba todo con un vaho increíble. Era como si estuviera en el cielo entre todo nubes que flotaban a mí alrededor. Me quite la ropa y me metí al baño. El agua olía a rosas rojas y se veían en el extremo de la bañera montones de sales naturales y minerales para echarle al agua. Pensé que parecía una reina. Y medite, ¿Cómo alguien que tenia todo aquello podría hartarse? Entendí que todo aquello no daba la felicidad ya que yo aun teniéndolo no era feliz, pero la verdad era que me ayudaba a distraerme. Cuando Salí de la bañera me dirigí al cuarto envuelta en una toalla. Me puse lencería fina, que había comprado a la mañana y unas medias para poder soportar mejor el frio que aria en la calle. La verdad es que cuando me vi con ello me sonroje. Nunca había tenido nada tan bonito, era delicado y me daba asta vergüenza verme con él. Sara me ayudo a vestirme del todo y a prepararme. Ella me puso el pelo en ondulados leves no muy marcados de forma que con el color de mi pelo quedaba ideal. Me maquillo y en un momento le encontré pintas de una verdadera estilista. Entendi que quizás ayudaba normalmente a mi madre o la aconsejaba. Para terminar me puse unos tacones también negros bastante altos, cogí un abrigo negro en la mano para cuando saliéramos y me dirigí a la habitación de jimi. Sarah me dijo cual era sino nunca lo abría adivinado.


Toque la puerta y entre. Jimi se estaba poniendo la chaqueta. La verdad es que tenia gusto iba muy bien conjuntado de una manera elegante juvenil y con personalidad. Me miro de arriba abajo.


-Estas muy guapa.- Sonrió y siguió mirando al espejo.


Cuando por fin había terminado me puso el brazo para que lo agarrara y asi lo hice. Salimos de su habitación ablando y riendo. Tenía un humor poco peculiar. Por el camino nos detuvimos delante de una puerta la golpeo fuerte.


-Wilson! Ya estamos listos.


Entonces salió el, esta vez con la cara más despejada y con menos cara de dormido. Iba bien vestido aunque nada parecido a jimi. Llevaba la chaqueta en la mano arrugada y los pelos despeinados.


-¿De verdad pretendes ir así hermanito?-le pregunto jimi bromeando.


-Como sino.-Dijo echándose adelante y empezando a andar delante nuestro.


Jimi y yo nos miramos y nos reímos. Fuimos en un coche de un chico que nos vino a recoger. Se suponía que era un miembro de la banda de Wilson. Era un poco más alto que yo, de melena rubia no tan rubia como la de Wilson y ojos azules. Cualquiera abría dicho que tenia por lo menos un año menos que Wilson pero no, tenían la misma edad. Tenía cara aniñada y parecía del todo simpático aunque algo tímido. Edward parecía sacado de la banda de los niños cantores de Viena en vez de de un grupo como el de ellos.


Nada más llegar ya tenía l móvil en la mano. Recordaba perfectamente el trato que había hecho con Marlon, no lo pensaba olvidar. Por eso nada más llegar a la puerta levante la mano y saque una foto a la entrada. Luego la mande.


No transcurrió ni cinco minutos antes de que Marlon me respondiera con otro mensaje…


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